El 11 de mayo es el Día Mundial del Comercio Justo, y durante todo el mes lo celebramos con actos en diferentes ciudades. Bajo el lema “Para endulzarte la vida no hay que amargar a nadie”, este año las actividades giran en torno al azúcar, uno de los ‘productos emblema’ del comercio justo. El comercio justo es un movimiento que busca cambios en la manera de producir, comercializar y consumir de forma más sostenible.
El precio del azúcar se fija en los mercados internacionales, especialmente en las bolsas de Nueva York y Londres. Está sujeto a cambios drásticos en función de aspectos como la especulación financiera o la demanda para la elaboración de biocarburantes. Seis países están detrás de los dos tercios de la producción mundial de azúcar. Uno de ellos, Brasil, cuenta con una producción caracterizada por los bajos costes laborales y medioambientales por lo que es considerado un “exportador de azúcar low-cost”. Frente a ello, las alternativas basadas en criterios sociales y ecológicos logran afianzarse. Es el caso de un gran número de grupos productores de Paraguay que han apostado por la agricultura ecológica, convirtiéndose en el líder mundial de exportación de azúcar ecológico y uno de los principales de Comercio Justo.
En España, la distribución de azúcar de Comercio Justo en 2011 superó las mil toneladas. Sus variedades junto con los productos elaborados (galletas, chocolates, zumos…) constituyó el sector con un mayor crecimiento de ventas: un 77% más respecto al año anterior, registrando una facturación de 9 millones de euros. Aun así, nuestro país está lejos de cifras como las de Reino Unido donde el 40% de los sobres de azúcar de hostelería es de Comercio Justo.
