¿Cómo contribuye la compra de un
producto de Comercio Justo a la mejora de las condiciones de vida de las y los
productores?
Aunque como hemos visto, el Comercio Justo es mucho
más que un sueldo digno, una de las preguntas más re-currentes es cómo se
concreta específicamente en los salarios, o dicho de otra forma, cuánto va a
las personas productoras y qué diferencia hay con el comercio convencional.
Pondremos, pues, un caso.
Como podemos ver, el dato más llamativo son los costes
laborales. Estos representan un 1272% más en una camiseta de Comercio Justo en
comparación con los destinados al mismo capítulo en una camiseta del comercio
convencional.
De los impactos positivos del Comercio Justo se benefician de manera directa los trabajadores y trabajadoras de las organizaciones productoras. Según datos de Fairtrade International, solo en la producción de algodón certificado de Comercio Justo trabajan 73.400 personas en todo el mundo, cifra relativamente pequeña si la comparamos con los casi 100 millones de hogares que participan de la cosecha del algodón. Sin embargo, aunque la cifra a nivel cuantitativo puede parecer pequeña, no podemos olvidar el impacto cualitativo para cada una de esas personas, sus familias y su comunidad.
Esta cifra también es relativamente baja cuando la
comparamos con los dos millones de personas productoras y trabajadoras de las
casi 1000 organizaciones de la red del Comercio Justo. El textil todavía tiene
un peso menor dentro del Comercio Justo pero, sin duda, su peso específico irá
creciendo en la medida en que se vayan incorporando consumidores conscientes al
sector de la moda, que reclamen una ropa limpia de esclavitud y explotación.