ACCESO AL AGUA POTABLE EN ETIOPIA


Las mujeres y niñas emplean hasta 6 horas para ir a recolectar el agua en manantiales y ríos.
(c) Tomás Abella / Oxfam Intermón

Cuando se discurre por las tierras altas de la comarca etíope Samre, entre montañas y pedregales, no hay ni un breve atisbo de bosques o arroyos durante horas. El 70% de sus vecinos no tiene acceso a agua potable, es decir, bebe y se lava con un agua marrón que provoca enfermedades.



Uno se pregunta dónde está ese 85% del caudal del Nilo -el río más largo del planeta-, que según los hidrólogos proviene de Etiopía. Como confirma el oficial de programa del Banco de Agua de Oxfam Intermón, Kaleab Getaneh, "la cantidad de agua subterránea y en superficie existente en el país es suficiente para suministrar agua potable a toda la población (unos 70 millones de personas)".
Por su orografía, Etiopía "podría exportar a otros países del noreste de África". El problema no es que no haya agua en Etiopía, ni las sequías recurrentes. Es la falta de recursos materiales y humanos adecuados para construir infraestructuras que hagan llegar agua potable a todos los etíopes y la falta de dinero para financiar estos proyectos. Se trata, en realidad, de un círculo vicioso. La pobreza económica del país demora el acceso al agua potable lo que, a su vez, retrasa el desarrollo económico.
El Banco de Agua, garantía de acceso al agua potable
El Banco de Agua empezó a funcionar en marzo de 2004 en cuatro de los distritos etíopes más afectados por la falta de acceso a agua potable. Además de suministrar agua a las poblaciones de estas zonas, se quiere desarrollar una cultura a nivel nacional que garantice el agua potable en todo el país. Son más de 15 proyectos que llevamos a cabo junto con 10 organizaciones locales.
Objetivos de nuestra actuación
1. Facilitar un mayor acceso al agua (en términos de calidad y cantidad) para 5.000 personas y 8.000 cabezas de ganado, así como un uso apropiado del agua disponible. Contribuir a la mejora de las comunidades, organizaciones asociadas locales y otros agentes relevantes del sector.
2. Mejorar la capacidad de gestionar los recursos hidrológicos sentando las bases de una posible estrategia de defensa e impulso de políticas y prácticas relativas al agua en las áreas rurales sin pastoreo. Para ello se realizan labores de formación a personal local en cuestiones de higiene, gestión de aguas, funcionamiento y mantenimiento de bombas.
3. Mejorar las condiciones de salubridad construyendo letrinas e impartiendo talleres de educación higiénica a 5.000 personas.
¿Qué se espera del Banco de Agua?
Como dijo una campesina de Samre, una "nueva era" para su aldea sin el alto índice de enfermedades gastrointestinales y de piel debidas a la suciedad del agua, donde las niñas van a la escuela porque no tienen que caminar hasta seis horas para ir a por agua y donde las mujeres emplean más tiempo en actividades productivas complementarias ayudando a los hombres en las labores agrícolas. Así, la productividad aumenta y se asegura la alimentación de la familia en años de sequía, se puede asistir a cursos de  higiene y planificación familiar y, por tanto, aumentar el bienestar general de los suyos. El camino es largo todavía pero "queremos alcanzar el objetivo del milenio".
O sea,  para 2015, un 63% de la población etíope tiene que tener acceso a agua potable. Tal vez para entonces, Etiopía pueda construir infraestructuras de mayor calado en el Nilo y pactar en igualdad de condiciones con Egipto y Sudán los billones de metros cúbicos que le corresponden.